El alma del pueblo

Cuenta la leyenda que el dios nórdico Odín cambió uno de sus ojos por poder beber un trago del lago Mimer. En esas aguas se hayaba la herencia de todo el conocimiento ancestral. Desde entonces, sentado en su trono Lidskjavl, Odín podía ver todo lo que sucedía en el mundo.  

Othila es uno de los nombres de una de las runas que componen el alfabeto tradicional Vikingo. Odal, Ethel, Othala, Othil o Utal, todos ellos nombres diversos para un mismo grafismo.  

Un trazo que se tuerce delimitando un espacio y generando un límite que se expande en su parte inferior a los dos lados. Como si fueran dos raíces. 

Estas líneas connotan los lazos familiares, el territorio familiar, el clan, la nación, las herencias. Y más allá de los vínculos de sangre, enlaza a personas que comparten una causa común siendo un símbolo de protección de lo que nos es valioso para la vida: Salud, paz, Tierra y sus recursos.  

Su dibujo es un lazo, es el que nos colgamos en el pecho para simbolizar el apoyo a una causa solidaria. 

Es el alma del pueblo, es la sustancia diluida en las aguas del lago Mimer. 

Cuando te lanzas las runas, estas te desvelan tanto un secreto, como un misterio. Es un aprendizaje retante y complejo. Su ambigüedad alude a varias cosas a la vez y solo parece que pueda ser comprendido en completitud al ser experienciado. Es difícil contar cómo el destino de un consultante se refiere al augurio que trae una runa. Al destino del consultante y de todo lo que le rodea. 

En vistas de que el proyecto del Colectivo Baladi en lo que refiere a la antigua Comunidad Terapéutica de El Frago me parecía estar bajo un bloqueo en diferentes niveles (bloqueo comunicativo, desentendimiento entre diferentes partes, falta de claridad, sensaciones de impoticencia, apatía…) pregunté a las runas sobre el futuro de esta apuesta grupal. 

Pronto comprendí, que mi pregunta estaba dividida en dos, en mi experiencia individual y la experiencia grupal. Como si fuésemos un matrimonio caminando al altar. El grupo y el individuo. 

La tirada resultó ser un camino de cinco pasos paralelos. Cinco runas para individuo y cinco para el grupo. Caminaban juntos en una conversación marcada por el ritmo de cada par de runas, cada paso. En el que se hablaba del cansancio, del hablar desde el corazón, del tiempo esperado en hibernación, de encontrar la pasión y brillar y al final del camino festejar un nuevo nacimiento, recoger los frutos de la tierra.  

En el medio de los dos caminos se colocaba Othila. El alma del pueblo. 

Pensé emocionada que Othila sugería que el centro nos correspondía por herencia mágica, por justicia poética. Parecía que con entendimiento y el calor de una nueva pasión los bloqueos desaparecerían como el hielo se derrite en primavera. 

Sin embargo las runas no funcionan así. 

Significado de la runa Othila hace referencia al Clan y su herencia.  

Anuncia éxito, desarrollo y evolución personal, metas que serán alcanzadas, el afianzamiento y adquisición de propiedades. Indica que se materializan los frutos del esfuerzo realizado y señala la oportunidad para ir a mejor y crecer no sólo en el plano material, sino también interiormente. 

Lo material (tierras, valores, empresas, bienes muebles e inmuebles) posee un valor monetario. Pero además llega a tener un valor más allá de lo material por su alcance emocional. También los padres nos heredan la cultura y otros bienes no tangibles, valores morales, educativos y sociales, patria y nacionalidad, nuestra principal herencia y pieza esencial de nuestra riqueza interior.” 

Othila habla de la herencia del todo, no solo de un espacio, un centro, unas hectáreas de tierra. También de su cultura, heredaremos pues, las imposiciones, lo obsoleto, lo podrido. Las prohibiciones, la opresión, el abandono, las jerarquías, el juego sucio. La despoblación. 

“Othila se asocia a la verdadera prosperidad por ser la runa de adquisición y beneficios perdurables. Sin embargo, paradójicamente, la «herencia», deriva de renunciar a algo o a alguien. En ese sentido, Othila puede indicar el tiempo para separar caminos, aceptar la responsabilidad y sumir nuevos retos, con firmeza y voluntad.” 

Othila, como cualquier respuesta de un oráculo, habla de la inmutabilidad del cambio. Comencé comprendiendo que soy una heredera del proyecto de mi grupo, de mi generación, de mi tiempo. Miré la situación, y al grupo, y al individuo. Me miré. Miré al centro. Miré la ballena que pinté en sus paredes. Ahora me parece parte de la fauna del lago Mimer. Miré como entraba la luz de los pequeños agujeros hechos en el tapiado. Como la luz entraba en diagonal trazando líneas en la oscuridad. Entendí que el camino seguía tal y como el trazo de Othila se bifurca tras cortarse en el centro. 

“La runa Othila aconseja: Para salir airoso de este aprendizaje, debes mirar sin apego aquello que, hasta ahora, habías considerado tuyo por derecho. Si la atadura es a tu posición social, al trabajo que realizas o incluso a tus creencias sobre ti mismo, la separación requerida ahora te liberará para que te vuelvas quién verdaderamente eres. 

Prepárate para romper ataduras de todo tipo, siendo las sentimentales las más difíciles. Darte cuenta a tiempo te permite superar obstáculos y lograr tus metas que, por supuesto, te beneficiarán a ti, a tu entorno, familia, amigos, trabajo, etc.” 

Lejos de conseguir el centro, intentar acercarse a él ha sido como despertar al ogro. Un ogro que teníamos que mirar a la cara y ver en sus pupilas nuestro propio reflejo. 

“El significado de la runa Othila en posición invertida representa demoras y grandes frustraciones si tu interés es avanzar deprisa, pues no es conveniente seguir atado a viejos condicionamientos o a viejas estructuras. Es tiempo de cambio de rumbos.  

Mantener lo caduco, podría dañar cualquier asunto que te preocupe. En cambio, se recomienda adaptabilidad y habilidad para salir airoso de este aprendizaje al mirar sin apego aquello que, hasta ahora, habías considerado tuyo. 

En este período de cambios y ascensos, actúa según los valores más altos. No consideres sólo tus posibles beneficios sino lo que beneficiará otros. 

Se requiere honestidad en estos nuevos emprendimientos. Una acción negligente o negativa, puede causar dolor a otros y dañarte a ti mismo. 
Por otra parte, si esperas ayuda monetaria de algún familiar o amigo allegado, ésta se te negará. Por tanto, asume que ahora dependes de ti mismo. A menudo ésta runa mostrará que incluso los métodos legales tampoco te ayudarán.” 

Las runas no hablaban de emprender una batalla Marcial contra nuestros ancestros por ese lugar. No estaba tampoco en nuestras intenciones y mucho menos en nuestros sueños. No vamos a responder a las violencias con más violencia. Está claro que podemos permitirnos explorar otras vías para expandir la vida, la magia y sanar el flujo de las herencias que aportamos a Othila. 

“Othila tiene un significado sagrado ya que une el pasado al futuro, el espíritu de los antepasados con la descendencia a través del vínculo de la sangre. Por ello, sugiere la ayuda de gente mayor o viejos amigos para enfrentar aquello que te preocupa.” 

Hemos hecho amigos en este periplo juntas como grupo. Nos hemos apoyado para aprender más sobre nosotras mismas, nos hemos dado el espacio para soñar juntas y para despertar un poquito más. Nuestras raíces se han hecho fuertes y se han prolongado por el lugar y sus gentes. También hemos conseguido expandir algunas semillas y esporas que esperamos encuentren tierra fértil para crecer. Nos hemos encontrado en el otro. 

En lo que se refiere a lo grupal, con el tiempo hemos generado un egregor del que había que desprenderse. Como la piel de una serpiente. Se nos quedaba pequeño o grande, según cómo quieras mirarlo. Si dibujásemos el egregor,  quedaría caminando entre los límites de la parte superior del trazo de Othila, en el rombo cerrado. Lo dejaría delimitado en el tiempo, los lugares y las personitas que le han dado luz. Y así le daría ese lugar en el sueño común. Quizá la parte común de nuestro sueño. Un espacio digno, un hogar. 

Ambas puntas inferiores del trazo de Othila, me las imagino prolongándose hacia el infinito. Una apuntando a nuestro destino remoto y otra al futuro. 

Así comienza una nueva fase de la vida en lo rural y en colectivo. 

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