Colocamos el inicio de este sueño colectivo en un momento del espacio-tiempo porque en algún lugar hay que ponerlo. Si bien cada quien inició su transición en un momento distinto.
Este es un relato en construcción, abierto a aportes y visiones plurales. La idea es crear relato común para contarnos y poner en valor lo avanzado. Mirar el camino ya caminado y… continuar.
En abril de 2019, nos juntamos 15 cuerpos inquietos, cansados del ritmo frenético de la productividad del mercado laboral y con ganas de reconectar con la naturaleza. Nos preguntamos ¿por qué en lo rural?, ¿por qué en colectivo?, y soñamos juntas
De la energía y la ilusión de este primer encuentro surgieron otros, y poco a poco hemos ido aterrizando el sueño en un proyecto de vida, que ha ido creciendo según hemos ido habitando en diferentes lugares.
El Campito (Aguarón, Zaragoza)
En septiembre del 2019, seis de nosotras, cuatro personas y dos gatos, nos fuimos a vivir una finca eco-sostenible en Aguarón, en la Comarca de Cariñena. Fue el regalo que trajo la vida para darnos la oportunidad de experimentar la vida en lo rural y la convivencia en tribu.
El Campito nos acogió durante un año. Un ciclo solar en el que vivimos momentos maravillosos y otros no tanto. Comenzamos a cuidar y mimar nuestros vínculos, poniendo el foco en aprender a comunicarnos desde el amor y el respeto a la diversidad, y en crear, como si de una obra de arte se tratase, nuestra nueva familia, nuestra tribu.
Aquí podéis leer dos relatorías colectivas que generamos: en la primera nos preguntamos qué nos ha traído al Campito, en la segunda, cómo vivimos el tiempo y los ritmos a nivel personal y grupal.
¡El año del Campito dio para mucho!
Construir un horno de leña, albergar encuentros grupales, hacer conservas, quedarnos atrapadas en la nieve, ritualizar los cambios de estación, poner una huerta o recolectar plantas y hacer aceites medicinales.
Sieso de Jaca (Valle de Caldearenas, Huesca)
Cuando finalmente dejamos el Campito, la tribu había crecido, y en otoño del 2020 nos fuimos ocho personas, otra en camino y dos gatos a Sieso de Jaca. Las buenas gentes de Sieso nos acogieron en su linda comunidad, y allí estuvimos cinco meses, durante los cuales nos incorporamos a la dinámica del pueblo aprendiendo y echando una mano con la elaboración del pan, la apicultura, el desescombro y la rehabilitación de ruinas, el pastoreo o la gestión de la leña.
Además, este tiempo nos permitió aterrizar nuestro sueño y comenzar a elaborar nuestro proyecto, visitar posibles lugares a habitar y convivir el nuevo grupo en común.
¡Gracias Sieso!
San Vicente (Valle de Caldearenas, Huesca)
Dicen que un buen cierre es un principio. La vida nos llevó a San Vicente, en el valle de Caldearenas, ya que queríamos quedarnos cerquita de las gentes de Sieso. La primavera llegó y con su florecer emergió la necesidad de crear nuestra identidad colectiva y elaborar nuestro proyecto.
Y así nace el Colectivo Baladí y nuestro proyecto de creación de un espacio-servicio comunitario abierto a la participación, que acoja proyectos, acciones y actividades encaminadas a fomentar la Educación para la Salud, la Ecología Profunda, el Arte para la Transformación, la Agroecología, la Bioconstrucción, la Cultura Comunitaria y los Feminismo(s). (Puedes ver el proyecto que escribimos aquí)
El Frago (Altas Cinco Villas, Zaragoza)
Y decidimos apostar por El Frago, en las Cinco Villas, y enraizar en este hermoso pueblo para crecer al lado de su comunidad. Y aquí estamos desde otoño de 2021.
El Frago nos ha recibido con los brazos abiertos, y además hemos podido acceder a una licitación pública para coordinar y gestionar un servicio de tienda en El Frago y en Biel.
La aventura fragolina ha comenzado, y nosotras estamos encantadas con la posibilidad de formar parte de este lugar.
En lo Rural y en Colectivo 